El acierto de Matías Giménez, autor de los dos goles; el esfuerzo para impedir que el rival imponga su superioridad de altura en el área propia y algunas ráfagas de juego atildado le alcanzaron a Independiente para cantar victoria luego de tres jornadas sin alegrías. Venció 2-0 a un muy pobre Sarmiento y al menos por una semana puede mirar desde un poco más lejos el fondo de la tabla.